En Mateo 6:1, Jesús nos llama a la humildad en nuestras acciones. Él nos advierte que no debemos hacer el bien para ser vistos por los hombres, sino que nuestras buenas obras deben ser realizadas en secreto, sabiendo que Dios, que ve en lo escondido, nos recompensará. Esto nos recuerda que nuestra fe no debe ser un espectáculo para ganar la admiración de otros, sino una respuesta sincera a Dios. Vivir de esta manera no solo es un acto de obediencia, sino un camino hacia la paz interior, ya que nuestra motivación será pura y no dependerá de la validación externa.

En el versículo 33 de este capítulo, Jesús nos da una clave para una vida libre de ansiedad y preocupaciones: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Cuando colocamos a Dios en el centro de nuestras vidas, confiamos en que Él proveerá lo necesario para nosotros. Este es un recordatorio poderoso de que, al buscar su reino primero, nuestras preocupaciones materiales se reducen, y podemos vivir con la seguridad de que Él está al control de todo. La confianza plena en Dios nos libera del afán y nos llena de paz.